Importancia de la motricidad en los niños

Desde el momento que nacemos, tenemos la capacidad de mover nuestro cuerpo, pero cuando somos bebés no es posible tener el control sobre estos movimientos, esto lo desarrollamos a medida que crecemos y evolucionamos, y es lo que conocemos como la motricidad.

Esta es la que nos permite caminar, correr, manipular los cubiertos al momento de comer, incluso hasta escribir.

¿Qué es la motricidad?

La motricidad es la capacidad de generar algún movimiento o desplazamiento de manera voluntaria, y está relacionada con el sistema nervioso central y su poder al provocar las contracciones musculares para lograrlo.

Todos los seres humanos, cuando nacen, tienen la capacidad de hacer movimientos corporales espontáneos, con el avance del tiempo, aprenden a sostener la cabeza, después otros movimientos propios del crecimiento, como sentarse, gatear, caminar, hasta correr.

Existen movimientos amplios y otros más precisos, estos se conocen como motricidad gruesa y motricidad fina.

Tipos de motricidad

La motricidad se puede clasificar en dos tipos, de acuerdo con los movimientos que son realizados.

Motricidad gruesa

En este tipo de motricidad entran los movimientos más generales que realiza el cuerpo y que dependen en gran medida de la coordinación, la sincronización y el equilibrio.

De igual manera, involucran el uso de muchos músculos grandes, nervios y huesos A medida que el niño crece, adquiere conciencia de sus extremidades y aprende a controlarlas.

La motricidad gruesa está relacionada con los movimientos que se realizan al gatear, sentarse, caminar, sostenerse, correr, entre muchos otros, así que la utilizamos a lo largo de toda nuestra vida para actividades tan fundamentales como subir las escaleras o al coche.

Motricidad fina

Esta también se relaciona con algunos movimientos del cuerpo, pero se caracterizan por ser más específicos y precisos en músculos puntuales del rostro, las manos y los pies.

Es el tipo de motricidad que se aplica al movilizar músculos pequeños, incluso permite el manejo de instrumentos para llevar a cabo algunas actividades.

La motricidad fina es la que se pone en práctica en actividades como escribir, recortar, dibujar, manejar los cubiertos a la hora de comer, realizar juegos que requieren precisión.

Estos son movimientos que efectúas toda tu vida, si eres cerrajero necesitas manipular herramientas precisas, si eres médico, los instrumentos quirúrgicos, y así con cada profesión u oficio que realices.

Cómo desarrollar la motricidad en los niños

Para ayudar a los niños a desarrollar la motricidad, tanto gruesa como fina, que utilizará el resto de su vida, necesitan actividades que requieran de agilidad, percepción espacio – tiempo y habilidades físicas.

Así que, si deseas ayudar con la motricidad gruesa, puedes invitarlo a realizar juegos en los que requiera hacer movimientos de sus brazos y piernas, como el escondite, la gallina ciega o carreras.

En cuanto a la motricidad fina, necesita hacer movimientos pequeños con la lengua, los labios, las manos, los pies y todos los dedos.

Entonces pueden jugar con pinzas para la ropa, existen muchos juegos que las requieren, para que ese movimiento que realiza con los dedos para abrir y cerrar la pinza, los fortalezcan. También está el juego de copiar los gestos, puedes iniciar tú y luego tu hijo te imita.